David es un niño que narra el misterio de su gata Lúa, a la que cada vez que pare, le desaparecen los gatitos. Ahora Lúa está preñada por tercera vez y David, con la colaboración de su amiga Blanca, está dispuesto a descubrir dónde van a parar las crías. Los niños le preparan a la gata un lugar en el desván, junto a la mesilla de noche, para que se sienta cómoda en el momento del parto. En efecto, Lúa se refugia allí y, ante la mirada atenta de los dos amigos, tiene cuatro gatitos. Pero después, comienza a chuparlos y los niños, horrorizados, creen que va a comérselos. Entonces, llaman a la madre de David. Ella los tranquiliza y les explica, por fin, la verdad. No, no fue Lúa, sino el perro de los vecinos, el que acabó con los gatitos. Ahora las crías están a salvo. Y Lúa es feliz.
